Yito, El Caballito
Esta era la historia de un delfín, como tantos otros que hay en el mar, en sus días paseaba entre los mares de las Célebes y las Malucas, algunas veces hasta se había aventurado hasta el estrecho de Malaca. Lucio, como se llama este delfín, se la pasaba compartiendo con sus amigos delfines, pero también jugando con serios atunes, bailarinas macarelas, escuchando historias de los viejos pargos y siempre atento a las noticias que alguna tortuga viajera, siempre le gustó mucho la compañía de otros delfines y le fascinaba la información. Siempre decía que eran muy conocer y saber.
Un día de todos estos que andaba cerca de un arrecife sintió algo distinto, sus dientes se sentían desgastados y tenía dolor en su boquita. Sorprendido trató de buscar sus compañeros delfines, pero ellos no sabían de dientes. Al cabo de un rato un delfín al ver los problemas que tenía Lucio, le contó que él había conocido un doctor de dientes, un viejo pez piloto.
Embarcado en la aventura del saber, Lucio decidió ir a visitar al pez piloto. No le fue fácil encontrarlo, al fin buscando entre las rayas y tiburones del arrecife lo encontró. El Dr. Piloto atendía a un lindo tiburón azul que tenía un fuerte dolor y no encontraban la razón
Le dijo Lucio:
-Hola soy Lucio y creo que le veo una espinita entre los dientes.
-Gracias, efectivamente eso es.
Quitándole la espina el tiburón salió rápidamente sintiéndose aliviado.
El Dr. Piloto se presentó e inmediatamente descubrió que Lucio tendía un gran ojo para los dientes. Lucio le contó de su dolor en la mandíbula. Le dijo: «Mis dientes ya no son los mismos y yo no soy como los tiburones que pueden cambiar de tienes muchas veces en la vida, los mismos los quiero conservar bonitos y elegantes»
Desde ese día Lucio se convirtió en su aprendiz y soñó en algún día ser tan bueno como el Dr. Piloto y ayudar a todos los pececitos del océano a que tengan una BigSmile.
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